Estas sesiones son fundamentales tanto para principiantes como para practicantes de larga data. En ellas se imparten instrucciones básicas de cómo sentarse sobre el cojín o en una silla para poder construir la posición corporal adecuada y emprender la práctica de meditación.

Centrados en la respiración, comenzamos por aprender a aquietar la mente. Esta se va tranquilizando y poco a poco el cuerpo empieza a relajarse. El practicante aprende a observar el tráfico de pensamientos en su mente y cómo hacer para que éste vaya disminuyendo; también se familiariza con sus propios patrones emocionales negativos y trabaja con ellos para llegar a trascenderlos.

En cada sesión tenemos la posibilidad de dedicar unos minutos a la práctica de la meditación y también recibir enseñanzas teóricas y prácticas que nos permiten aprender a lidiar de manera apropiada con las diferentes circunstancias de la vida diaria. La práctica nos empodera para vivir desde la apertura, la alegría, la diligencia entusiasta, el amor y la compasión.

El Budismo remonta sus orígenes a Siddharta Gautama conocido también como el Buda Sakyamuni.