CENTRO BUDISTA

Karma Thegsum Choling (KTC)

Caracas, Venezuela

Representación oficial del Linaje Karma Kagyu

El linaje Karma Kagyu

El linaje Karma Kagyu tiene más de 900 años de existencia y es una de las cuatro grandes escuelas budistas que se desarrollaron en Tíbet. Desde entonces, la transmisión directa de enseñanzas de maestro a discípulo no ha cesado, manteniéndose viva en las realizaciones de los grandes maestros. Cada uno de ellos tuvo que pasar por grandes dificultades en su camino hacia el desarrollo espiritual, por lo que conocer la historia de sus vidas puede ser una gran inspiración para quienes quieren seguir el camino del budadharma.

Marpa Lotsawa, el traductor (aprox. 1002-1097)

Infancia y primer viaje a la India en busca de un maestro

Marpa Chökyi Lodrö nació en Tíbet en el seno de una familia próspera. De niño sus padres lo enviaron a estudiar el dharma con un maestro, quien despertó en Marpa el deseo de viajar a la India en busca de más enseñanzas.

Durante su estadía en Nepal, un día escuchó a dos discípulos pronunciar el nombre de Naropa, e inmediatamente supo que éste era el maestro de quien quería recibir enseñanzas. En ese primer viaje a la India, Marpa recibió muchas iniciaciones y enseñanzas profundas de Naropa y de muchos otros maestros. Al cabo de doce años decidió regresar a Tíbet con la intención de enseñar todo lo que había aprendido.

El regreso a Tíbet y el doloroso accidente

En el viaje de regreso Marpa tuvo un accidente y todos los manuscritos, los textos con instrucciones y rituales que había recolectado durante sus 12 años se cayeron al agua. Si bien al principio se sintió muy conmovido, Marpa continuó con resolución su camino hacia Tíbet, pues se sabía de memoria todas las enseñanzas que le había transmitido su lama y las palabras de los textos esenciales. De regreso a su pueblo natal, comenzó a enseñar el dharma, y sus discípulos aumentaron.

Segundo viaje

Después de unos años de enseñanza en Tíbet, decidió embarcarse en un segundo viaje a la India para obtener las enseñanzas que no había recibido en su primer viaje. De regreso a Tíbet, Marpa se casó, estableció una familia y se dedicó al cultivo de la tierra y al comercio, integrando el dharma en su aparente vida ordinaria. Fue en este segundo regreso a Tíbet que Marpa conoció a su discípulo de corazón, Milarepa. Una vez que hubo establecido firmemente a su discípulo en el camino hacia su propia liberación, Marpa regresaría por tercera vez a la India impulsado por una devoción muy profunda hacia su maestro.

Tercer viaje

Marpa pudo reunirse con su maestro, y Naropa le concedió numerosas enseñanzas extremadamente raras que llevaron su realización a niveles sin precedentes.  Al final de su tercer viaje a la India, Naropa se despidió de su discípulo y declaró formalmente a Marpa como su sucesor. A su regreso a Tíbet, Marpa dedicó varios años a traducir las enseñanzas budistas y continuó practicando e impartiendo enseñanzas a muchos discípulos. Vivió con su esposa y sus hijos al sur de Tíbet, donde murió a la edad de 85 años.

Marpa Lotsawa, el traductor (aprox. 1002-1097)
Milarepa, el señor de los yoguis (1028/1040)

Infancia y muerte de su padre

Milarepa nació en una familia rica de comerciantes. Después de una niñez llena de lujos, la muerte de su padre llevó a la familia a una terrible vida de privaciones. En el testamento, el padre había especificado que su hermana y su cuñado manejaran sus extensas propiedades hasta que Milarepa fuera mayor de edad, pero haciendo caso omiso a su voluntad, la tía y su esposo se apropiaron de todos los bienes de la familia y lo forzaron a él, a su madre y hermana a trabajar como sirvientes.

 Shamanismo para vengarse

Cuando Milarepa cumplió la mayoría de edad, su madre organizó una reunión con su cuñada y esposo para solicitarles su herencia, pero habiendo agotado todos los medios para recuperar sus bienes, la madre de Milarepa buscó el último recurso: la hechicería o shamanismo. Milarepa entonces dejó su hogar para involucrarse como aprendiz de un poderoso shaman.

Haciendo uso de la hechicería, Milarepa logró derribar el techo de la casa del tío donde su primo estaba celebrando su matrimonio. Treinta y cinco personas fueron asesinadas. Aun así, su madre no se satisfizo con la venganza, y le pidió a Milarepa que enviara también una tormenta de granizo que destruyó completamente la cosecha del año de toda la comunidad.

Arrepentimiento y búsqueda de un maestro del dharma

Poco después de esto Milarepa se sintió invadido de arrepentimiento por el daño que le había ocasionado a tantas personas, lo que le llevó a buscar las enseñanzas del dharma. Pasó de maestro en maestro hasta que fue enviado con Marpa Lotsawa.

El duro entrenamiento de Milarepa y la devoción por su maestro

Marpa sometió inicialmente a Milarepa a un largo período de terribles dificultades ya que comprendía que este necesitaba pasar por experiencias difíciles con la finalidad de purificar el karma negativo que había acumulado debido a sus acciones pasadas.

No solamente hizo que Milarepa solo, sin ayuda y sin herramientas, construyera torres de piedra, sino que luego hacía que las destruyera y las volviera a levantar una y otra vez, hasta que la espalda de Milarepa se convirtió en una masa de llagas. A pesar de esto, la confianza en su maestro no titubeó en lo más mínimo. Al final, Marpa lo declaró jubilosamente como su discípulo y le ofreció todo el dharma, las iniciaciones tántricas y las instrucciones personales que necesitaba.

 Milarepa desarrolló una absoluta renuncia a todas la preocupaciones mundanas. En retiros en soledad en cuevas de montañas cubiertas por la nieve, envuelto con una única pieza de algodón, Milarepa perseveró en las prácticas yóguicas que Marpa le había enseñado hasta alcanzar completa realización.

Milarepa, el señor de los yoguis (1028/1040)
Gampopa, médico del cuerpo y de la mente (1079-1153)

Estudios, vida familiar y trágica epidemia

Gampopa fue el hijo mayor de una familia con una larga e ilustre historia. Tuvo una educación amplia y un entrenamiento en la profesión médica. A la edad de 22 años, ya reconocido como un médico instruido, Gampopa se casó y se dedicó a la vida familiar. Muy pronto tuvieron dos hijos, una hembra y un varón.

 Siendo sus hijos pequeños, una epidemia devastadora estalló en la zona donde vivían, y sus dos hijos y su esposa murieron uno detrás del otro a consecuencia de la enfermedad.

 Ordenación monástica

Después de la muerte de su esposa, Gampopa partió en la búsqueda del dharma. Entró en retiro en soledad, y al salir se incorporó a un monasterio budista Kadampa, donde recibió la ordenación monástica. En un momento dado, optó por dedicar más tiempo a la práctica y se mudó fuera del monasterio. Desarrolló a tal punto su concentración meditativa, que era capaz de mantener su enfoque durante 13 días completos.

 Encuentro con Milarepa

Un día, Gampopa escuchó por casualidad a tres mendicantes alabar las cualidades de un gran yogui de nombre Milarepa. El mero sonido del nombre Milarepa despertó en él una sensación de devoción tan poderosa que literalmente se desmayó. Impulsado por su deseo de ver a Milarepa y sentarse a sus pies, Gampopa viajó a través de Tíbet y finalmente fue recibido por el gran yogui. Milarepa tomó a Gampopa como su discípulo inmediatamente. En muy poco tiempo, Milarepa transmitió sus enseñanzas al entusiasta y receptivo Gampopa, y asentó en él las instrucciones mahamudra completas. Menos de un año después de su llegada, Milarepa percibió que Gampopa estaba listo, y lo envió a hacer un retiro.

El camino de la meditación y construcción del monasterio Daklha Gampo

Gampopa partió a un retiro en las montañas. Durante siete años practicó mahamudra y otras meditaciones que Milarepa le había transmitido. Posteriormente, se dedicó a la construcción de lo que llegaría a ser su asiento principal, el monasterio Daklha Gampo, a donde comenzaron a llegar cientos de practicantes buscando su guía espiritual. Entre los muchos discípulos de Gampopa quienes alcanzaron la realización se encuentra Dusum Khyempa, el primer Karmapa.

Gampopa, médico del cuerpo y de la mente (1079-1153)
El primer Karmapa, Dusum Khyempa (1110-1193)

Infancia humilde y conmoción en la adolescencia

Dusum Khyempa nació en una familia humilde. Sus padres eran practicantes activos, y desde muy pequeño le enseñaron el dharma como parte integral de su crianza. De adolescente sufrió una gran conmoción interna debido a una decepción amorosa. Poco tiempo después, abandonó su hogar para siempre y tomó la ordenación monástica a la edad de 16 años.

 Estudios y ordenación bikshu

A los tres años de su ordenación, Dusum Khyempa viajó a Tíbet central buscando un centro que le permitiera un riguroso estudio académico y práctica meditativa. Durante los siguientes nueve años se sumergió en el estudio, primero, en los textos más importantes de filosofía budista y luego en los tantras. Completado el entrenamiento en estos texto, Dusum Khyempa se trasladó a un gran centro Kadampa donde continuó sus estudios por seis años más y tomó la ordenación bikshu, la más alta ordenación monástica.

En busca de las enseñanzas de Gampopa

A la edad de 30 años decidió buscar las enseñanzas de Gampopa y se dirigió al monasterio Dalkha Gampo. Cuando Gampopa finalmente accedió a recibirlo, solo aceptó darle algunas enseñanzas; sin embargo, con los años, Gampopa le ofreció instrucciones más avanzadas y le envió a practicar en soledad en diversos sitios del sur de Tíbet y en lo que hoy es Bután y Arunachal Pradesh en India. Después de entrenarse y meditar por varios años, Dusum Khyempa fue a ver a Gampopa para relatarle su experiencia y buscar más instrucciones, pero luego de escucharlo, Gampopa respondió: “Antes tenía grandes esperanzas en ti, pero esto es decepcionante, tienes que continuar meditando”. Un tiempo después, cuando Dusum Khyempa regresó a reportar sobre su meditación, el gran Gampopa colocó su mano sobre su cabeza y le dijo: “Hijo, ya has cortado las ataduras del samsara”.

 Construcción del monasterio Kampo Nenang

Dusum Khyempa viajó a Kham, Tíbet central y fundó el monasterio Kampo Nenang donde estableció también un centro de retiro. En las siguientes dos décadas se dedicó a cultivar la realización de muchos estudiantes. Allí recibió a su discípulo de corazón, Drögon Rechen, a quien le entregó la carta con los detalles de su próxima reencarnación. En esa carta, Dusum Khyempa declaraba que regresaría por el beneficio de todos los seres sintientes.  

A la edad de 74 años, fundó el monasterio Karma Gön y el monasterio Tsurphu, en las afueras de Lhasa, que se convirtió en un floreciente centro de estudio y práctica, y  un importante sitio de continuidad de la reencarnación de los Karmapas. Durante los 900 años, en cada reencarnación, cada Karmapa ha residido por algún tiempo en el monasterio Tsurphu.

El primer Karmapa, Dusum Khyempa (1110-1193)

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